Las criptomonedas son un tema de gran actualidad, tanto dentro como fuera de los círculos financieros. Independientemente del sector en el que trabajes, lo más probable es que hayas oído hablar de las criptomonedas, aunque no sepas exactamente lo que son.
Así pues, ¿qué son exactamente las criptomonedas?
Una criptomoneda es un sistema de pago digital o virtual protegido criptográficamente, lo que hace que sea imposible falsificarla. Es un ecosistema entre iguales que permite a cualquier persona y desde cualquier lugar enviar o recibir dinero utilizando monederos o intercambios digitales como, por ejemplo, la plataforma Coinbase.
Debido a que las criptomonedas existen fuera de las entidades financieras tradicionales, permiten eludir a los bancos a la hora de verificar los pagos, descentralizando así las transacciones y poniendo la responsabilidad en manos de los usuarios.
Durante la última década, la popularidad de las criptomonedas se ha disparado. En 2016, había cinco millones de usuarios de criptoactivos con identidad verificada en el mundo.
¿Cuál es la cifra a partir de junio de 2021? 221 millones.
Además, no se trata únicamente de usuarios particulares. Importantes minoristas online como Microsoft, Home Depot, Whole Foods o Tesla han anunciado que aceptan criptomonedas en sus tiendas online.
Las empresas que utilizan plataformas de comercio electrónico no se han quedado atrás. Según Cryptoslate, la capitalización del mercado de criptomonedas, monedas y tokens relacionados con el comercio electrónico era de más de 271 millones de dólares en enero del 2022.
Aunque a menudo se habla de las criptomonedas como la moneda del futuro, parece evidente que también pueden ser una moneda válida para el presente.
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AccederLa primera criptomoneda fue el bitcóin, presentada en sociedad por Satoshi Nakamoto —probablemente se trate de un seudónimo— en un artículo de 2008 titulado Bitcoin: A Peer-to-Peer Electronic Cash System.
La idea surgió del deseo de disponer de una forma de pago descentralizada que existiera al margen del dinero por decreto y de las instituciones financieras controladas por los gobiernos.
A medida que crecía la popularidad y la legitimidad del bitcóin, otras empresas empezaron a crear su propia criptomoneda, y en febrero del 2022 ya existían alrededor de unas 17 500 criptomonedas.
Las criptomonedas existen en un libro de contabilidad público digital llamado cadena de bloques (blockchain), que no es más que un registro de todas las transacciones hechas con criptomonedas cuyos titulares controlan y actualizan.
La mayoría de las unidades de criptomoneda —ya sea bitcóin, ethereum o cualquier otra— se crean mediante un proceso llamado minería de criptomonedas. Los usuarios generan las monedas para luego guardarlas o utilizarlas a través de monederos de criptomonedas o procesadores de pagos como BitPay.
Una cadena de bloques es un sistema de registro de información que es difícil o imposible de manipular, piratear o falsificar. Su base es un libro de contabilidad digital compartido e inalterable distribuido por toda la red donde se anotan las transacciones. Cada bloque de la cadena contiene transacciones, y cada vez que se produce una nueva transacción, se añade un registro de esa transacción al libro de contabilidad de cada participante.
La cadena de bloques se diferencia de una base de datos típica en el modo en que almacena la información: las cadenas de bloques almacenan los datos en bloques que luego se enlazan entre sí mediante criptografía.
Hay dos categorías principales de cadena de bloques: pública/sin permisos y privada/con permisos. En las cadenas de bloques públicas como el bitcóin o el ethereum, cualquiera puede participar.
La minería de criptomonedas es el proceso de verificar las transacciones y registrarlas en los libros de contabilidad digital, es decir, en una cadena de bloques. Cada vez que se minan nuevos bloques, la cadena de bloques se amplía. La minería de criptomonedas sirve tanto para generar más monedas como para mantener un registro de todas las transacciones realizadas.
Por otro lado, la acuñación de criptomonedas es el proceso de validación de la información, la creación de un nuevo bloque y el registro de esa información en la cadena de bloques, con lo que se consigue algo con valor tangible.
El uso de las criptomonedas como método de pago puede permitirte entrar en un mercado completamente nuevo formado por consumidores expertos en tecnología y con visión de futuro. Incluso ya existe una comunidad formada por ese perfil de personas dentro del mercado de las criptomonedas que se extiende por todo el mundo.
Proponer opciones de pago a través monederos digitales, transacciones o tarjetas de crédito puede permitirte acceder a mercados más amplios y, al mismo tiempo, atraer a consumidores de todo el mundo.
Las empresas de tarjetas de crédito y las aplicaciones de gestión de pagos como Stripe o Square suelen cobrar comisiones por cada transacción de entre el 3 y el 5 %. Muchos sitios de comercio electrónico incluyen estas comisiones en los precios de los productos de sus tiendas online.
Las transacciones con criptomonedas suponen un cambio de rumbo, ya que normalmente no tienen comisiones por transacción o, si las tienen, pueden ser de tan solo el 1 %.
Los pagos con criptomonedas permiten comprar de forma anónima utilizando direcciones de monederos encriptados. Este anonimato permite a los compradores adquirir artículos sin dar sus datos personales.
La tecnología de la cadena de bloques que hace posible las criptomonedas se creó precisamente para reducir las actividades fraudulentas.
Las transacciones con criptomonedas implican que el dinero cambia de manos de inmediato. No es posible anularlas, reembolsarlas ni falsificarlas, lo que reduce drásticamente las posibilidades de contracargos fraudulentos o devoluciones.
Es extremadamente difícil anular una transacción sin el consentimiento de ambas partes.
Esto puede proporcionar tanto a los minoristas como a los clientes una mayor seguridad en lo que respecta al fraude en el comercio electrónico, ya que, al no haber un intermediario como un banco, hay pocas o ninguna posibilidad de que se retiren fondos de tu cuenta sin tu permiso explícito.
La volatilidad de las criptomonedas es tristemente famosa. Está directamente vinculada a un problema de valor intrínseco: no están respaldadas por ninguna moneda fiduciaria oficial, como, por ejemplo, el dólar estadounidense (USD).
Como consecuencia, las criptomonedas se ven a menudo como algo parecido a los juegos de azar. Los precios pueden dispararse y caer en el transcurso de una semana, asustando a los posibles inversores.
La sostenibilidad es un tema importante para las criptomonedas, especialmente en una época en la que el cambio climático está tan de actualidad. Es bien sabido que la minería de criptomonedas necesita grandes cantidades de energía.
De acuerdo con la CNBC, el consumo de energía es tan descomunal que la minería de bitcóin consume cada año más electricidad que muchos países, como por ejemplo los Países Bajos. Y esta es solo una criptomoneda entre miles de ellas.
A medida que los impuestos sobre el carbono y la energía van aumentando, no sería sorprendente ver más regulaciones sobre la minería de criptomonedas; algunos países, como es el caso de China, ya han prohibido esta práctica.
Los métodos de transacción más tradicionales, como las tarjetas de crédito, incorporan sistemas de protección para el cliente contra cargos fraudulentos.
Este tipo de protección no existe en el caso de las criptomonedas, lo que significa que el consumidor no suele salir bien parado en caso de fraude. Dado que el anonimato es la base de todo en el mundo de las criptomonedas, los participantes en transacciones con criptomonedas deben ser conscientes de que, con frecuencia, lo hacen por su cuenta y riesgo.
Las criptomonedas son una tendencia que seguirá creciendo en relevancia y valor. Dado que cada semana surgen monedas nuevas, es importante que los consumidores y las empresas de comercio electrónico conozcan las más importantes y su evolución.
El bitcóin fue la primera la criptomoneda, con la que se inició todo el movimiento y sigue siendo con la que más se comercia.
Creado en 2009, el bitcóin se mantuvo como un tipo de moneda poco relevante y mayoritariamente desconocida hasta alrededor del 2013, cuando pasó a verse como una forma viable de realizar pagos. El bitcóin ha crecido en los últimos años, aumentando su legitimidad y sentando las bases para otras formas de criptomoneda.
Ethereum se desarrolló en 2015 como una plataforma de cadena de bloques con su propia criptomoneda y hoy en día es la segunda criptomoneda más popular del mercado.
A diferencia del bitcóin, la existencia de Ethereum como plataforma y como moneda permite generar un espacio en el que los desarrolladores crean nuevas aplicaciones descentralizadas sin códigos estrictos ni contratos, contribuyendo así a ofrecer una visión más abierta del bitcóin y garantizándose su propia viabilidad.
Cardano es el nombre de la plataforma de una criptomoneda, mientras que ada es el nombre de la moneda en sí. Iniciada por uno de los cofundadores de Ethereum, Cardano se enorgullece de tener una criptomoneda creada con un enfoque basado en la investigación y dirigida por un equipo de ingenieros, matemáticos y expertos en criptografía.
Con Cardano, cada uno de los poseedores de la moneda ada también tiene una participación en la propia red Cardano.
La moneda binance es una criptomoneda que opera como método de pago para el comercio en la plataforma Binance, una de las mayores bolsas de criptomonedas del mundo.
Creada inicialmente como una forma de pagar las operaciones con un descuento en la plataforma de intercambio y operando en la cadena de bloques de Ethereum, el binance tiene ahora entidad propia y puede utilizarse para pagos en otros lugares.
Anteriormente llamada ripple, XRP es la criptomoneda utilizada por RippleNet, una red de pagos basada en la cadena de bloques.
El XRP fue diseñado para facilitar transacciones transfronterizas más rápidas y baratas entre instituciones financieras. En lugar de esperar días para que se complete una transacción, con el XRP, este proceso puede llevarse a cabo en minutos, o incluso en segundos, a una fracción de los costes por transacción tradicionales.
Litecoin fue una de las primeras criptomonedas y comenzó su andadura en 2011 siguiendo la estela del bitcóin con la idea de ser una versión «lite» (ligera) de su predecesor.
A diferencia del bitcóin, el litecoin es capaz de generar sus monedas a gran escala. Mientras que el bitcóin no puede superar los 21 millones de monedas, el litecoin puede llegar a los 84 millones. Aunque esto aumenta su oferta, limita su capacidad en el mercado.
Creada originalmente en 2013 como una especia de broma o «moneda meme», el dogecoin ha dejado de ser motivo de burla, ya que el precio de esta criptomoneda se disparó en 2021 superando al de muchas alternativas más serias.
El dogecoin, que utiliza como mascota la imagen de un shiba inu, es actualmente una forma de pago aceptada por varias empresas importantes, incluidas las que son propiedad de los multimillonarios Mark Cuban y Elon Musk.
A medida que las criptomonedas siguen creciendo en popularidad y más empresas las aceptan como una forma de pago válida, no es de extrañar que hayan empezado a surgir otras formas de activos digitales.
Entre estos activos se encuentran los tokens no fungibles, más conocidos como NFT.
¿Qué son los NFT?
Los NFT son una unidad no intercambiable de datos almacenados en una cadena de bloques. Un token no fungible implica que el propio token es único, incapaz de ser sustituido por ninguna otra cosa.
Un ejemplo sería una obra de arte digital. A diferencia de las criptomonedas estándar, que pueden ser sustituidas por otras criptomonedas, un NFT es irrepetible. Puede cambiarse por otros NFT distintos y únicos, pero en última instancia continúa inalterado.
La creciente popularidad de los NFT no deja de ser sorprendente. Como muestra un estudio de Statista, la capitalización del mercado de las transacciones de NFT pasó de 50 millones de dólares en 2018 a casi 340 millones de dólares en 2020, un aumento de casi el 700 %.
Grandes grupos empresariales como Walmart ya están planeando lanzar sus propias criptomonedas y NFT. Es importante que las empresas que quieran seguir siendo competitivas en el cambiante panorama financiero comprendan qué son los NFT, ya que es posible que no pase mucho tiempo antes de que se implanten en todos los mercados.
Las criptomonedas son motivo de preocupación y está por ver si alguna vez alcanzarán el nivel de viabilidad y sostenibilidad que ha definido al dinero fiduciario en todo el mundo.
Sin embargo, para las empresas que miran hacia el futuro, las criptomonedas suponen la posibilidad de seguir siendo relevantes y de mantenerse a la vanguardia a medida que el mundo de las finanzas sigue moviéndose hacia las monedas digitales.
En el ámbito del comercio electrónico, puede que no pase mucho tiempo hasta que las criptomonedas empiecen a sustituir a los métodos tradicionales de realizar transacciones online como las tarjetas de crédito o las plataformas financieras.
Incluso si las criptomonedas nunca llegan a alcanzar ese nivel, añadir una opción más de pago puede ayudarte a ampliar tu mercado potencial y tu clientela.
No, no son lo mismo.
Como acabamos de explicar, la cadena de bloques es el libro de contabilidad digital en el que se depositan las criptomonedas y se registran las transacciones que se llevan a cabo con ellas, mientras que la criptomoneda es la moneda que se utiliza.
Para expresarlo de forma sencilla, la cadena de bloques es la base de datos y la criptomoneda es el dinero.
Las transacciones con criptomonedas se registran utilizando la tecnología de la cadena de bloques.
Por ejemplo, las criptomonedas como el bitcóin y el ethereum se basan en una cadena de bloques, que también actúa como libro de contabilidad público. Cada transacción realizada se registra en la cadena de bloques, manteniendo la identidad y el saldo de cada usuario de forma segura y anónima.
Un monedero de criptomonedas es un programa o dispositivo físico que te permite guardar tus claves de forma segura. También permite el envío y la recepción de transacciones con criptomonedas, así como transferencias entre cuentas bancarias.
Los monederos de criptomonedas funcionan con dos tipos de claves, las privadas y las públicas. Las claves privadas contienen las contraseñas que te dan acceso a tus criptomonedas, mientras que las claves públicas sirven como dirección de envío para recibir criptomonedas en tu monedero.
Las criptomonedas están creciendo en popularidad dentro del comercio electrónico por dos razones muy sencillas.
La primera es que ambos existen en la esfera digital y son compañeros naturales. Una plataforma de comercio electrónico está diseñada para su uso online y su alianza con las criptomonedas tiene sentido cuando la clientela es online.
En segundo lugar, sencillamente porque la criptomoneda representa otra forma de pago. ¿Por qué debería tu tienda de comercio electrónico (o, ya puestos, cualquier otro tipo de tienda) oponerse a las alternativas de pago digitales? Añadir estas opciones solo puede aumentar tu clientela y ampliar tu mercado.
Sin que la mayoría de la gente lo sepa, los minoristas y comerciantes electrónicos ya utilizan cadenas de bloques.
Los usos más comunes de las cadenas de bloques son los programas de fidelización, la gestión de la cadena de suministro, la logística y el seguimiento de los productos y servicios. Mediante el uso de la automatización, estas cadenas de bloques ya están ayudando a agilizar estos servicios y a ahorrar dinero a las empresas.