by BigCommerce Team
El envío directo es un método de ejecución de pedidos que no requiere que la empresa tenga productos en existencias. En vez de ello, la tienda vende el producto y pasa la orden de venta a un proveedor externo, quien luego se encarga de enviar el pedido al cliente.
Sin embargo, en contra de lo que se suele creer, el modelo de negocio del envío directo no te hará rico rápidamente.
Sin duda, parece dinero fácil —vendes los productos de otras personas y te llevas una parte—, pero cuando tienes en cuenta todos los inconvenientes, los obstáculos y la gestión diaria, no es nada fácil y puede conllevar mucho trabajo.
Sin embargo, si lo enfocas de la manera correcta, el envío directo puede ayudarte a crear un negocio próspero... pero no tan rápido como pensabas. Desde los pros y los contras del envío directo, hasta el enfoque más adecuado, y desde las mejores empresas de envío directo hasta las preguntas frecuentes; aquí encontrarás todo lo que necesitas saber antes de empezar a hacer envíos directos en tu plataforma de comercio electrónico:
Cinco verdades incómodas sobre el envío directo
Si tienes un negocio y buscas productos para vender en tu tienda online (por ejemplo, un negocio tradicional de venta de camisetas) sin la molestia de tener que guardar tú mismo las existencias —ni de tener que añadir nuevos productos— el modelo del envío directo puede ser la solución y, lo que es más importante, puede resultar beneficioso para cualquier tienda de comercio electrónico.
Después de que un cliente haya hecho un pedido online, la empresa de envío directo es la que se encarga de enviarle el producto directamente. Es una forma de que tanto las grandes como las pequeñas empresas se abastezcan de productos ganando un poco de dinero y ahorrando al mismo tiempo algo de espacio de almacenamiento.
Por supuesto, es más fácil decirlo que hacerlo, así que antes de invertir todos tus ahorros en una tienda de envío directo, aquí tienes algunas cosas que debes saber sobre por qué puede resultar complicado:
1. Márgenes de beneficio bajos.
Es cierto que, como no tienes que gestionar ni almacenar el inventario tú mismo, los gastos generales son bajos, pero también lo son las ganancias.
Inviertes menos dinero, pero sacas menos rendimiento. Eso significa que tienes que hacer un montón de ventas para mantenerte a flote, por no hablar de obtener algún beneficio, especialmente si tenemos en cuenta que la mayor parte del dinero va a parar al proveedor.
Esos márgenes tan bajos apenas son suficientes para cubrir los gastos y los costes operativos de marketing y publicidad, el mantenimiento del sitio web, incluida la optimización para motores de búsqueda (SEO), la gestión de los pedidos y tus horas de trabajo.
Puedes predecir tus ingresos utilizando estas variables (son promedios, así que pueden cambiar en función de tu sector y situación):
Puedes hacer una estimación con la ayuda de esta ecuación:
(Tráfico x 0,02) x (valor medio del pedido x 0,2) = beneficio
Esta es una buena estimación de partida, pero también debes tener en cuenta algunos inconvenientes:
El descuento que te ofrezca el fabricante o el mayorista podría ser inferior al 20 %.
No hemos incluido los gastos de funcionamiento mencionados anteriormente. No es el beneficio neto.
Para la mayoría de los productos, tendrás que reducir los beneficios a fin de mantener unos precios de venta competitivos. Si te aferras tercamente a un margen del 20 %, puedes encontrarte con que otras empresas vendan más barato que tú.
Además, como hemos visto, el beneficio también está determinado en gran medida por el tráfico, así que si estás construyendo una marca de comercio electrónico desde cero en plataformas como BigCommerce o Shopify, va a pasar mucho tiempo hasta que consigas una buena cartera de clientes.
Aunque parezca que no intervienen, los dropshippers siempre tienen que tratar con sus proveedores mayoristas, el procesamiento de pedidos, las devoluciones y el servicio al cliente.
Es mucho más recomendable abordar el envío directo cuando ya tienes una fuente de tráfico estable.
2. Muy competitivo.
Siempre existirán emprendedores demasiado optimistas que se queden únicamente con lo de que los gastos generales son bajos e ignoren las evidencias expuestas anteriormente.
El hecho de que la inversión inicial para un negocio de envío directo sea muy baja provoca que la competencia prolifere y los mercados más populares pueden resentirse más que otros.
En esencia, cuanto más grande es una empresa, más puede reducir sus márgenes de beneficio y ofrecer precios más bajos.
Y para acabar de rematarlo, lo más probable es que no tengas un acuerdo de exclusividad con tus proveedores.
Eso significa que puede haber un gran número de competidores vendiendo exactamente los mismos productos que tú. Y si tú eres una pequeña empresa que acaba de ponerse a ello, tus rivales acumulan años de experiencia y tienen los recursos que tú no tienes para vender más barato.
Eso significa que los clientes potenciales pueden comprar exactamente el mismo producto más barato en otro sitio, así que, ¿por qué iban a comprarte a ti?
3. No tienes control sobre la cadena de suministro.
En el comercio electrónico habitual, si los clientes se quejan de la calidad del producto, de la velocidad de entrega o de las políticas de devolución, tú mismo puedes resolver los problemas.
En el envío directo, los propietarios de las tiendas están más o menos a merced del proveedor, pero tú eres el que tiene que dar la cara ante tus clientes.
Las empresas de envío directo se encuentran a merced de los proveedores y pueden hacer poco más que esperar a que estos resuelvan los problemas a la vez que tratan de tranquilizar al cliente en relación a algo que está fuera de su control.
Y para colmo, la comunicación sufre, ya que el vendedor va de aquí para allá entre el cliente y el proveedor. Si alguien responde con retraso, toda la comunicación se detiene y los problemas tardan más en solucionarse.
Y si se deciden a manifestar su disgusto públicamente, por ejemplo, en las redes sociales, esas malas críticas al inicio de tu periplo podrían acabar con tu negocio incluso antes de empezar.
4. Cuestiones de responsabilidad legal.
Aunque este no es un problema frecuente entre los vendedores de envío directo, vale la pena mencionarlo. Algunos proveedores no son tan honestos como afirman y no siempre sabes de dónde provienen sus artículos.
Aún peor es cuando los proveedores utilizan ilegalmente el logotipo de una marca registrada o la propiedad intelectual de otra empresa, cosa que ocurre con relativa frecuencia.
Este problema en potencia puede subsanarse con un buen contrato de envío directo, pero no todos los nuevos vendedores de envío directo son conscientes de ello.
Es algo que tienes que tener en cuenta a la hora de elegir proveedores.
5. La dificultad de construir una marca.
Al igual que los escritores o los compositores en la sombra, los vendedores de envío directo deben aceptar que el mérito de su trabajo recae en otra persona.
Si el producto que vendes es realmente extraordinario, los clientes se centrarán sobre todo en la marca del producto y se olvidarán por completo de la experiencia de compra.
Después de todo, no es tu logotipo el que aparece en la caja.
Esta es otra razón por la que el envío directo tiene más sentido para las marcas ya consolidadas que para las que están empezando.
La mejor manera de abordar el envío directo
El envío directo es mejor como atracción secundaria que como plato fuerte. Aunque sus puntos débiles le impiden sostener un negocio por sí solo, ofrece suficientes ventajas para ayudar a las empresas de comercio electrónico a mejorar sustancialmente sus ingresos.
Analiza estos cuatro aspectos si quieres utilizar el envío directo de forma eficaz:
1. Estudio de mercado.
El envío directo funciona mejor como un medio para conseguir un fin, no como un fin en sí mismo.
Utiliza el envío directo para reducir el riesgo que conlleva probar nuevos productos y para investigar el mercado.
En lugar de aumentar los gastos de inventario llenando tu almacén con un producto impredecible, utiliza el envío directo para ponerlo a prueba durante un tiempo.
Más que descubrir si se vende bien o no, también podrás tener una idea más clara de por cuánto se vende, lo que te ayudará a determinar con mayor precisión la cantidad que deberás comprar para cubrir tus existencias iniciales.
Esto es doblemente importante a la hora de probar nuevos tipos de productos, lo que siempre conlleva un riesgo inherente.
Por ejemplo, quizá te haya ido muy bien vendiendo productos para perros. ¿Podría funcionar también con productos para gatos?
Nunca se sabe, pero siempre puedes probar las aguas añadiendo algunos productos a tu lista de envíos directos y ver cómo va.
2. Protección contra la sobreventa.
Las marcas de comercio electrónico con experiencia saben que las fluctuaciones del mercado no siempre son predecibles. Antes de aumentar los costes de inventario con un exceso de existencias para cubrir máximos improbables, tener un proveedor de envío directo como refuerzo te permite ahorrar dinero sin perder esas ventas.
Esto resulta especialmente interesante en caso de las avalanchas estacionales.
Es una gran medida de protección contra las incertidumbres a las que se enfrentan todos los minoristas.
Disponer de opciones de envío directo también es una manera de protegerte contra las adversidades externas.
Si tu almacén se ve afectado por una catástrofe natural, puedes seguir cumpliendo con los pedidos en curso haciendo que se envíen desde otro lugar.
Lo mismo es válido para evitar los retrasos inesperados en los envíos.
3. Sistemas estratégicos de transporte.
Una consecuencia desafortunada del crecimiento de tu negocio pueden ser las complicaciones en los envíos. Cuanto más lejos tengas que enviar los pedidos, más altos serán los gastos de transporte.
El envío directo puede ser la solución perfecta para hacer llegar tus productos a ciertos lugares problemáticos que quedan fuera de tus territorios más rentables.
Puede que el transporte a tanta distancia cueste demasiado o que los costes de almacenamiento sean demasiado elevados como para justificar la creación de un nuevo centro de transporte.
Puede ser un problema de impuestos o tarifas adicionales, como, por ejemplo, en el caso de envíos fuera del país. Recurrir al envío directo para estas zonas concretas podría ser el factor determinante para mantenerte alejado de las pérdidas.
Además, del mismo modo que el envío directo puede resultar útil en los estudios de mercado, también puedes utilizarlo para probar nuevas zonas.
¿Por qué no utilizar el envío directo durante un periodo de prueba en una nueva zona y ver si merece la pena abrir un nuevo centro allí?
4. Productos con altos costes de mantenimiento.
Algunos productos resultan más caros de almacenar y enviar que otros.
En determinadas circunstancias, te puede resultar más rentable hacer un envío directo que guardarlos tú mismo.
¿Qué entendemos por productos con altos costes de mantenimiento?
Cualquier producto que requiera gastos adicionales de almacenamiento o envío. Por ejemplo:
Productos de gran tamaño. Algunos productos ocupan tanto espacio que tenerlos a la venta no compensa los costes que supone almacenarlos.
Productos pesados. Si el peso de un artículo hace que su envío sea demasiado caro, puedes recurrir al envío directo desde el fabricante o el mayorista.
Productos frágiles. Son artículos que requieren un cuidado especial en su envío. Para estos casos, el proveedor o el fabricante pueden estar mejor preparados que tú para atender un pedido.
Objetos de valor. Los artículos de gran valor, como joyas refinadas, antigüedades, etc., requieren una seguridad adicional que no todos los almacenes pueden ofrecer. En lugar de arriesgarte a que te los roben, puedes dejar el tema en manos de alguien capaz de protegerlos adecuadamente.
Condiciones especiales. Quizá quieras vender artículos que deban conservarse congelados o materiales sensibles a la luz. Si tu inventario necesita unas condiciones especiales, puede que te convenga más hacer un envío directo que guardarlo por tu cuenta.
A menos que toda tu empresa esté especializada en este tipo de productos, no tiene ningún sentido pagar gastos adicionales de almacenamiento y envío por una pequeña parte de tu negocio.
Sin embargo, podrás seguir contentando a tus clientes ofreciéndoles estos productos a través del envío directo.
Cómo elegir los mejores proveedores de envío directo
Siempre que incluyas el envío directo en tu estrategia de ventas —de la forma que sea— estarás iniciando una relación comercial con el proveedor.
Como ya hemos mencionado antes, como vendedor, a menudo estás a merced de los proveedores de envío directo en lo que respecta a la calidad de los productos, la puntualidad en las entregas e incluso en el cumplimiento de la legislación.
Eso significa que debes elegirlos con el máximo cuidado.
Por un lado, quieres asegurarte de que los productos son como se anuncian, pero también debes ver si su envío responde a tus criterios.
Aparte del buen estado de los productos, también hay que preocuparse por la forma en que el proveedor desarrolla su actividad.
Aquí tienes una breve lista de preguntas que puedes utilizar como referencia para comprobar si vale la pena empezar a hacer negocios con alguien:
¿Cómo gestionan las devoluciones o los productos dañados?
¿Cuánto tiempo tardan en atender un pedido desde el momento de la venta hasta la entrega?
¿Cómo es su atención al cliente? (No dudes en comprobarlo por ti mismo).
¿Los pedidos están asegurados?
¿Ofrecen protección contra el fraude?
¿Puedes encontrar reseñas o referencias online?
Así que no te olvides del contrato de envío directo que hemos comentado anteriormente.
Para ayudarte a reducir el tiempo de investigación, hemos preparado una lista de las mejores empresas de envío directo, como, por ejemplo Spocket o AliExpress Dropshipping.
El envío directo para principiantes: preguntas frecuentes
Aquí tienes algunas respuestas básicas a las preguntas más frecuentes sobre el envío directo:
¿Qué es el envío directo y cómo funciona?
El envío directo es cuando un vendedor hace de intermediario entre el cliente y el proveedor siendo este último el que se encarga de hacer las entregas.
En otras palabras, el vendedor pasa el pedido de venta al proveedor y este se encarga de llevarlo a cabo.
El vendedor, por su parte, suele comprar el artículo con un descuento al trabajar directamente con el fabricante o el mayorista. Su beneficio procede de la diferencia entre el coste inicial del artículo y el precio al que lo vende.
El vendedor no se ocupa de almacenar los productos que vende ni de hacer los envíos. En cambio, se centra sobre todo en el marketing, la publicidad y la gestión de su presencia online.
¿Cómo puedo incorporar el envío directo a mi negocio?
El envío directo puede ser un buen complemento a un modelo de negocio de comercio electrónico tradicional.
Suponiendo que ya tengas una presencia online en una o más tiendas (o que al menos sepas cómo hacerlo), incorporar el envío directo es muy parecido a lanzar cualquier otro producto nuevo, con algunas particularidades.
Aquí tienes una guía rápida paso a paso:
Estudia qué productos encajarían bien con tu estrategia, tu segmento de mercado y tu base de clientes.
Analiza cómo venden ese producto tus competidores, es decir, por cuánto lo venden.
Encuentra el mejor proveedor (echa un vistazo a nuestra lista de preguntas más arriba).
Ultima un proceso de cumplimiento que os vaya bien a los dos e incorpóralo a tu sistema. Dependiendo del software de gestión de ventas que utilices, esto podría ser muy sencillo o podría requerir la corrección de algunos aspectos.
Anuncia y promociona tu nuevo producto. No te olvides de especificar cualquier condición particular para este producto, como plazos de entrega o lugares de destino diferentes a los habituales.
¿Es legal el envío directo?
Sí, el envío directo es legal.
Es posible que te encuentres con otros problemas legales dependiendo de quién sea tu proveedor, pero el envío directo por sí mismo es un método perfectamente legítimo para realizar pedidos.
Recuerda que debes protegerte con un contrato de envío directo.
¿Cuáles son las ventajas del envío directo?
Hay al menos cinco buenas razones por las que casi cualquier minorista de comercio electrónico debería considerar el envío directo.
Minimiza los riesgos iniciales
Reduce los costes del producto
Costes de almacenamiento y logística más bajos
Gran oferta de productos
Flexibilidad
¿Es rentable el envío directo?
Sí, el envío directo puede ser rentable para los comerciantes. El envío directo es un modelo de negocio de bajo riesgo que te permite vender productos sin tener que asumir enormes costes operativos como los que tendría un mayorista. Gracias a estos costes más bajos, es posible conseguir beneficios con el envío directo mucho más rápido que con otros modelos de negocio.
¿Necesito dar de alta una sociedad para hacer envíos directos?
Sí, una vez que empieces a vender, deberás registrar la empresa, pero no es necesario hacerlo hasta que no vendas más regularmente. Esto se debe a que la mayoría de los proveedores de pagos te exigen que demuestres que tu empresa está registrada.
¿Está permitido el envío directo en eBay?
Sí, el envío directo está permitido en eBay.
¿Está permitido el envío directo en Amazon?
Sí, el envío directo está permitido en Amazon.
¿Cuál sería un buen producto para el envío directo?
Si estás interesado en el envío directo, pero no sabes por dónde empezar, aquí tienes una lista de productos para inspirarte. Hemos intentado hacer una lista de artículos auxiliares que puedan encajar en el abanico de productos de cualquier sector.
Bolsas de tela en favor de una causa u organización benéfica.
Camisetas de moda.
Tazas de café originales.
Puntos de libro motivacionales.
Relojes o joyas de bajo coste.
Artículos de marketing (camisetas, bolsas, tazas, bolígrafos, etc., con tu logotipo).
¿Las empresas de envío directo hacen entregas internacionales?
Esto varía mucho según el dropshipper, por lo que deberás comprobarlo.
Los envíos internacionales pueden encarecerse rápidamente, y no es fácil obtener presupuestos precisos sobre los gastos de envío, las aduanas y los aranceles para cientos de países. Además, una empresa de envío directo necesita mucho más tiempo para procesar un pedido internacional, ya que hay más papeleo. Algunos cobran una tarifa adicional, mientras que otros simplemente no se molestan en hacerlo.
Conclusiones finales
El envío directo puede ser una estrategia muy útil si se hace correctamente.
Las razones por las que no funciona para las empresas que están empezando son menos relevantes cuanto más grande sea la empresa.
Por ejemplo, una empresa consolidada ya tiene un buen flujo de tráfico y no necesita preocuparse tanto por afianzar su marca.
Esta es la razón por la que el envío directo es un gran complemento para la mayoría de las empresas de comercio electrónico con experiencia, pero no deberías depender de él como fuente de ingresos principal.